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mayo 26, 2016

Pescar anchoveta a cuenta del futuro, una apuesta peligrosa

BY: Oceana

Pesca industrial de anchoveta peruana
Juan Carlos Sueiro

Escribe Juan Carlos Riveros, Director Científico

Las últimas noticias dan cuenta de un nuevo crucero de evaluación del stock norte-centro de anchoveta. Esta actividad cuenta además con el apoyo de embarcaciones del sector privado equipadas con el instrumental requerido para completar el recorrido en menor tiempo sin descuidar la calidad de los resultados.  

En base a los resultados del primer crucero obtenidos hace tan solo dos semanas, IMARPE recomendó realizar un segundo reconocimiento del stock cuando las condiciones oceanográficas se normalicen. Si bien este segundo crucero es una decisión apresurada, es bienvenida, ya que busca basarse en la mejor ciencia disponible y en función de la sostenibilidad del recurso.

Preocupa, sin embargo, que en declaraciones a la prensa, voceros del Ministerio de la Producción (PRODUCE) señalan la posibilidad de tomar decisiones anticipadas -entiéndase la apertura de la temporada y una cuota preliminar de pesca-, si los resultados de un reporte de avance al 4 de junio son positivos. Esta decisión sería regularizada al contar con información definitiva a finales de mes.

La ley y la ciencia

Existe un protocolo ya establecido para la determinación de la máxima captura total permisible del stock norte-centro de anchoveta peruana (1). El mismo señala claramente que la estimación solo puede hacerse cuando se cuenta con información del estado actual del stock y antes de la apertura de la temporada de pesca. ¿Cómo se puede pretender entonces determinar “avances de cuota” si la cuota total aún no está definida, más aún, si las cuotas deben asignarse individualmente a cada agente de pesca?

Cuando entró en vigencia la ley de cuotas de pesca de anchoveta (DL 1084, 2008), uno de sus objetivos centrales era la protección del stock introduciendo medidas para  reducir la competencia entre embarcaciones por acaparar el recurso (la llamada “carrera olímpica”). Ahora pareciera que se pretende abrir la pesca prácticamente a ciegas y con la expectativa de que cada embarcación pesque menos de lo que finalmente le sea asignado como cuota.

La población de anchoveta se encuentra en una situación vulnerable y debe predominar la cautela. Debido a las condiciones de estrés ambiental los cardúmenes de anchoveta se concentran en algunas zonas, por lo que son fácilmente accesibles a la pesca. Esto es precisamente lo que ha encontrado IMARPE en la última evaluación, en la cual da cuenta de una “importante heterogeneidad en la abundancia; es decir, con pocas áreas, conteniendo altos niveles de biomasa”.

Según declara PRODUCE, las áreas con mayor concentración del recurso serán las primeras que recibirán el impacto de la actividad pesquera, con lo cual se perderán los reproductores y juveniles que habrían de contribuir a la recuperación del stock.

¿Manejo adaptativo o reactivo?

Recordemos que con el uso reiterado del término “manejo adaptativo” se han venido justificando acciones incompatibles con el buen manejo del recurso, en particular durante la segunda temporada  de anchoveta 2015.

Por ejemplo, afirmar que los cierres temporales previenen la captura de ejemplares juveniles es cierto, pero no puede ignorarse que, para el momento que se dictamina el cierre,  ya se ha pescado gran proporción de juveniles y en muchos casos de manera reiterada. Así, pese a que el límite legal de juveniles es 10% (con una tolerancia máxima de hasta 20% cuando es declarado al momento del desembarco), el  16% de la pesca industrial de diciembre 2015 estuvo conformada por ejemplares juveniles y en la de enero de 2016 se llegó a un 37%.

Los cierres temporales previenen sí, pero no lo suficiente ni lo necesario para confiar en esta única medida la sostenibilidad del stock. Si así fuera, tendríamos un stock en mejor condición que el evaluado por IMARPE hace menos de un mes.

El manejo adaptativo debería aplicarse no sólo a favor de la pesca, sino también para tomar decisiones difíciles o impopulares cuando la situación lo amerita.

Una cuota a toda costa

Esto lleva a otra reflexión más severa.  Se supone que el manejo del recurso está basado en el principio que al inicio de la siguiente temporada reproductiva se cuente con 5 millones de toneladas de ejemplares reproductivos (cuatro millones de TM in extremis). Este último crucero solo encontró 3.2 millones de TM de adultos.

Seguramente se pensará que el principal culpable de la menor disponibilidad del recurso al final de la temporada es El Niño. Pero también es cierto que los responsables políticos de esta situación ignoraron repetidas recomendaciones acerca de la necesidad de actuar con precaución ante las anomalías climáticas y oceanográficas.

Preocupa que las autoridades, motivadas anteriormente por la necesidad de impulsar el PBI, deban ahora tomar decisiones de una trascendencia mucho mayor para la sostenibilidad del recurso.

A estas alturas da la impresión que los cruceros de evaluación tienen como propósito primordial el establecimiento de una cuota de pesca, cuando en realidad su función es estimar la condición del stock. Como ya sucedió a fines del año pasado, la consigna parece ser justificar una cuota a toda costa sin tomar en consideración la situación del recurso y las implicaciones que esta situación puede tener para todo el ecosistema y la economía del país.

Una cosa es manejo adaptativo serio e informado y otra, muy diferente, es actuar a ciegas, guiados solo por cifras macroeconómicas sin mayor consideración por el futuro de la pesca en el país.

Notas

1. Oliveros-Ramos, R., & Díaz, E. (2015). Estimación de la Captura Total Permisible del stock Norte-Centro de la anchoveta peruana (pp. 1–9). IMARPE.

2. DL 1084, 2008. Ley sobre límites máximos de captura por embarcación. Disponible online