5 evidencias de la vulnerabilidad de la anchoveta después de El Niño - Oceana Peru
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mayo 12, 2016

5 evidencias de la vulnerabilidad de la anchoveta después de El Niño

La expectativa y especulaciones sobre una eventual primera temporada de pesca para este año no se han hecho esperar tras la publicación del último reporte del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) sobre el estado del stock norte-centro de la anchoveta.

La institución científica brindó los resultados del último crucero de verano de evaluación sobre la biomasa de anchoveta, los cuales concluyen que las condiciones de El Niño aún persisten en el mar peruano y que, sumado a la segunda temporada del 2015, ha causado estragos en la población de la principal pesquería del Perú.  

En este crucero se incrementó considerablemente el muestreo acústico y se realizó una mayor cantidad de lances de comprobación para reducir el rango de error en la estimación de la biomasa y composición por tallas del stock. Considerando la magnitud de El Niño del 2015-16, era obligatoria esta evaluación más estricta.

Después de este crucero,  se ha propuesto llevar a cabo una segunda evaluación que valide los resultados de IMARPE y eventualmente poder disponer una cuota de pesca.

Esta situación nos indica que hay un alto nivel de incertidumbre respecto a la situación de la anchoveta, por lo que es importante una cautela extrema hasta que el próximo crucero aclare la situación.  

5 datos clave que proporciona el informe del IMARPE  

1. La biomasa de anchoveta es muy baja

IMARPE ha encontrado apenas 4.42 millones de toneladas de anchoveta en el mar, valor 46% menor al promedio de los últimos 22 años para la temporada verano-otoño.

Esta situación es resultado  principalmente de la presencia de El Niño durante los últimos meses que, si bien no tuvo la intensidad de otros años, ha influido en la fertilidad y productividad del mar, base de la alimentación de la anchoveta, así como en la reducción de su  hábitat ideal.

Hoy en día todavía persisten condiciones oceanográficas alteradas, con presencia de aguas pobres en nutrientes, pero se espera que se normalicen en los próximos meses.

2. La anchoveta está concentrada en pocas áreas y la mayoría está en las primeras 10 millas

Como es común en estas condiciones, los cardúmenes de anchoveta se encuentran agrupados en bolsones de agua más fría en los que encuentran condiciones físicas y de alimentación favorables. Estos bolsones están dispersos a lo largo de toda la costa y son muy vulnerables a la pesca.  Según datos del Informe, el 68% de la biomasa se encuentra dentro de las primeras 10 millas marinas de la costa, altamente concentrada en unas pocas áreas y desplazada al sur.  

La alta densidad de anchoveta en estos bolsones y su proximidad a la costa hace que sea muy fácil capturarlas.  Si se abriera la temporada, estas áreas serían las primeras en ser explotadas por la flota pesquera con el consiguiente riesgo para la recuperación del recurso.

3. Hay demasiados juveniles

Los datos del IMARPE reflejan que un 69% de los individuos en el mar aún no han alcanzado la talla adulta (12 cm de largo), es decir,  7 de cada 10 anchovetas no poseen la talla mínima de captura. Estos representan el 27% en términos de la biomasa total.

Al no existir tecnologías prácticas disponibles que permitan discriminar la captura de juveniles al momento de la pesca, las faenas de pesca podrían en muy alto riesgo a este segmento  de la población, crítico para la salud del stock.

En estas condiciones, es mejor esperar a que estos individuos alcancen tallas adultas e incluso puedan reproducirse antes de pescarlos para que el recurso pueda recuperarse en el mediano plazo.

4. Una porción significativa del stock juvenil del año pasado ha desaparecido

Las proyecciones poblacionales basadas en las evaluaciones del año pasado indican que una gran parte de los juveniles no está presente. Esto es consecuencia de la influencia de El Niño,y de la captura de grandes números de juveniles durante la segunda temporada de pesca 2015.

Según el reporte de IMARPE, en promedio la flota industrial capturó un 37% de juveniles, a pesar de los esfuerzos del Ministerio de la Producción (PRODUCE) para realizar cierres preventivos (al menos 110) y del propio sector industrial que se impuso autovedas (al menos 5) cuando detectaron excesos de individuos por debajo de la talla adulta.

En particular, en enero de este año se alcanzaron cifras muy superiores al límite legal de tolerancia máxima de 10% de extracción de juveniles

5. El contenido graso de la anchoveta está por debajo del promedio

La cantidad de grasa en los individuos es aún baja. Este factor es clave en términos del rendimiento en la transformación a harina y aceite de pescado. Dicho en otras palabras, se requeriría mucho más volumen de pesca para obtener productos de calidad comparable a los obtenidos en base a la pesca de una temporada en condiciones normales.

Las recomendaciones de Oceana

1. No abrir la temporada de pesca

La cantidad de anchoveta presente en estos momentos en el mar peruano es insuficiente para asignar una cuota de pesca que no comprometa el futuro del recurso.

El reporte del IMARPE confirma de manera fehaciente que no se debió abrir la segunda temporada de pesca del año pasado, tal y como se recomendó en su momento.

En la actualidad, solo existen 3.22 millones de TM de adultos en el mar y el protocolo de la propia institución requiere que, al terminar la temporada de pesca, haya un mínimo de cinco millones de toneladas de adultos desovantes para garantizar la recuperación del stock.

Por ello, abrir la pesca en estas condiciones sería devastador.

En este momento solo cabe esperar a que el mar retorne a condiciones normales y darle a la anchoveta la  oportunidad de recuperar su biomasa.

2. Esperar una nueva evaluación por parte del IMARPE

Oceana recomienda que, antes de tomar cualquier decisión sobre la apertura de la primera temporada de pesca, se esperen los resultados del siguiente crucero del IMARPE.

Lo más prudente y saludable es esperar a que las condiciones del mar se continúen normalizando , conforme señalan las diversas proyecciones oceanográficas. Esto permitirá que los juveniles alcancen las tallas adecuadas para la pesca, y que los adultos recuperen el peso y contenido graso necesario para una transformación eficiente.

En este sentido, la recomendación final de IMARPE  para realizar una nueva evaluación en el futuro inmediato, representa una afirmación de los principios precautorios sobre los cuales se debe basar la explotación de este recurso tan susceptible a la variabilidad climática.

 

Confiamos que las autoridades pesqueras tomen en cuenta lo aprendido y no pongan en riesgo nuevamente el futuro del recurso y la economía que ésta sustenta. Esto es fundamental no sólo para preservar el capital natural de la industria y las oportunidades laborales del sector sino también para asegurar  la salud de la pesca artesanal que depende de la productividad de otras especies que se alimentan de la anchoveta, y que son utilizadas para nuestra alimentación.