Ya sabes que la contaminación por plásticos es un problema global; pero va mucho más allá del uso de bolsas o cañitas. Estos son los objetos más comunes; pero son la “punta del iceberg”, pues la gran base está en los residuos plásticos en los que se van desintegrando. Estos pueden reducirse a pedazos tan pequeños como un grano de arroz hasta partículas imperceptibles.
Se llaman microplásticos, miden menos de medio centímetro y hasta pueden estar en tu comida o bebidas sin saberlo. No solo son restos de otros objetos, también se fabrican microesferas de plástico para productos de belleza como exfoliantes corporales y faciales, pastas de dientes y útiles de higiene personal.
Cada minuto se vierte al mar el equivalente a un camión de basura lleno de plásticos, según Naciones Unidas. Al menos 7 trillones de estas partículas de plástico invaden los océanos. Estas pequeñas partículas terminan siendo más peligrosas cuando se degradan y por ello las consecuencias son alarmantes: Naciones Unidas prevé que para el 2050 habrá más plásticos que peces en el océano, y Perú no está libre.
Contaminación por plásticos en el mar peruano
Perú tiene algunas de las playas más contaminadas por basura marina de Latinoamérica y el mundo. Solo en la playa de Ventanilla se han registrado 463 partículas de plástico duro por metro cuadrado de arena.
Ya hemos visto como estos restos plásticos son consumidos por animales de todo tamaño. Las ballenas barbadas, las tortugas marinas, los tiburones y las rayas, en peligro de extinción; ingieren estos contaminantes.
Pero también está en seres más diminutos. Un grupo de científicos ya ha grabado al plancton, microorganismos que conforman la base de la cadena alimenticia del mar, comiendo partículas plásticas. Los peces, como la anchoveta peruana, consumen el zooplancton contaminado y de esta manera el impacto puede llegar a todos.
Los microplásticos no solo afectan la vida marina. Una persona puede consumir hasta 14 partículas de microplásticos al beber un vaso de agua, ello demuestra que todo lo que arrojamos al océano vuelve a nosotros y pueden llegar hasta nuestra mesa, camuflados en cualquier plato marino.
Limpiar el océano de microplásticos es imposible, porque se fragmenta de manera que se vuelve invisible al ojo humano, no puede ser diferenciado por la fauna marina e ingresa a lugares inaccesibles. Es necesario no producir y usar plástico innecesario, por ejemplo, en el consumo diario de plásticos de un solo uso y leyendo las etiquetas que informan sobre la composición de los productos de cosmética e higiene.