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julio 9, 2018

Pesca incidental: cinco desastrosas consecuencias para los océanos

BY: Oceana

Crédito: Tom Campbell

Por Amy McDermott, traducción del artículo orignal en Oceana.org

Esta es la realidad. Desperdiciamos una enorme cantidad de vida marina. Hasta un 40% de la pesca global, según algunas estimaciones. Millones de toneladas de animales como peces, mariscos y animales como mamíferos, tortugas y aves marinas son pescadas de forma accidental y mueren debido a los artes o equipos usados en la pesca cuyo objetivo es capturar otras especies. Este daño colateral se denomina pesca incidental o bycatch.

Por supuesto, nadie quiere que esto suceda, pero no podemos simplemente quedarnos con los brazos cruzados. La matanza indiscriminada no es normal, tampoco es inteligente. Aquí te presento cinco formas en que la pesca incidental daña a los océanos y a las personas que dependen de los recursos marinos para vivir y alimentarse.

La pesca incidental conduce a la sobrepesca

Hay muchos peces en el mar, como dice el refrán, pero matar a demasiados, y de manera constante, nos dejará sin peces a largo plazo.  El 33% de las poblaciones de peces en el mundo ya están sobreexplotadas, de acuerdo a la FAO. El peso “extra” en la pesca comercial — incluso si no es intencional —  puede empeorar el problema y retrasar el ciclo de recuperación de una población marina.

La captura incidental mata especies en peligro de extinción

Se calcula que en Perú unas alrededor de  20,000 delfines y marsopas mueren cada año debido a la captura incidental, alertó la Comisión Ballenera Internacional (CBI) este 2018.* Las ballenas y los delfines se enredan y se ahogan o mueren de hambre mientras luchan por nadar, a veces arrastrando pesados restos de red durante meses. La captura incidental o bycatch afecta no solo a los pescados o mariscos: afecta también a toda la vida marina.

Cada año, más de 50,000 tortugas marinas en peligro de extinción podrían morir enredadas en mecanismos destinados a capturar camarones en el sudeste de Estados Unidos, de acuerdo con estimaciones del gobierno de ese país.

Cientos de miles de aves marinas se ahogan cuando se zambullen en busca de peces atrapados en las líneas de pesca y terminan enganchadas. La vaquita marina, la marsopa más pequeña y amenazada del mundo; ya está al borde de la extinción debido a que muchas de ellas se ahogan accidentalmente en redes de pesca en el Golfo de California.

La captura incidental daña el entorno marino

Matar a millones de animales marinos también afecta su entorno. Los peces muertos que son arrojados por la borda y otros deshechos atraen especies carroñeras y afecta el ciclo de nutrientes en el agua. Además, el equipamiento de pesca que mata accidentalmente a los mamíferos marinos, las tortugas y las aves, también puede arruinar el hábitat marino. Las dragas hidráulicas son un ejemplo. Éstas son jaulas de acero que son arrastradas en el fondo del mar para recoger almejas. El problema es que la dragas atrapan en su camino todo lo que encuentran a su paso, destruyendo el lecho marino. Las redes de arrastre de fondo, otro enemigo de los océanos, son grandes y pesadas redes que raspan el fondo del mar. Estas capturan todo tipo de animales y desgarran corales y esponjas marinas. La captura incidental es solo una de las consecuencias de las prácticas de pesca que están arruinando los océanos.

Efectos de la pesca de arrastre de fondo

La captura incidental cuesta tiempo y dinero

Con la práctica del bycatch no solo se desperdicia especies, también tiempo y el dinero. No es atractivo capturar y arrastrar las especies equivocadas. Clasificar la captura requiere de más tiempo y trabajo cuando se mezcla peces que sirven y peces que no. La pesca indiscriminada acarrea una mezcla diversa de criaturas, incluidos peces perfectamente comestibles que, a pesar de ello, son descartados por pertenecer a una especie equivocada, una especie que no les sirve. Si se conservaran todos los pescados y mariscos que capturan, y no solo las especies objetivo; se podría ganar $ 4.200 millones adicionales cada año solo en los EE. UU.

Atrapar las especies equivocadas daña la vida marina y obliga a los pescadores a dedicar más tiempo a clasificar sus capturas.

La pesca indiscriminada “engaña” a los consumidores

Incluso las pesquerías más sostenibles pueden tener un sucio y despilfarrador secreto. El pez espada del Atlántico Norte, el pez sable del Pacífico, la mielga o cazón espinoso, la almeja del mar del Ártico y las pesquerías de langosta en mar abierto están certificadas como pesquerías sostenibles por el Marine Stewardship Council sin embargo, descartan un alto porcentaje de sus capturas.

Los desechos son un problema para la salud de los océanos, para los pescadores y los compradores. ¿Cómo lo detenemos?

Según los expertos, el primer paso es un monitoreo más completo para identificar cuándo y dónde ocurre la pesca indiscriminada. Otra solución es la utilización de equipos de pesca más específicos y respetuosos con el ecosistema marino, de manera que los pescadores solo capturen lo que ellos buscan. La adaptación de los aparejos de pesca al agregar innovadoras aplicaciones, como puertas excluidoras o de escape para tortugas, es una prometedora forma de mejorar las redes y las líneas para operar de manera más específica con cada especie.

Resolver la problemática de la captura incidental protegería los recursos marinos y ahorraría miles de millones de dólares cada año. Cambiaría el futuro de los océanos. Ciertamente, la pesca indiscriminada lo está haciendo, y para mal.

*Nota del editor: información no presente en el artículo original y añadida por Oceana en Perú.