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agosto 20, 2024

Los estrechos vínculos de la vida submarina

BY: Oceana

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Crédito: Eduardo Sorensen

Los vínculos entre las especies marinas son esenciales para mantener la vida en los océanos. Sin embargo, estas interacciones son amenazadas por las actividades humanas, puesto que, al afectar a una parte de la red, se altera todo el ecosistema.

La interacción entre los diferentes organismos marinos es relevante para mantener el ecosistema de los océanos. El desenvolvimiento de productores, descomponedores y consumidores permite el equilibrio bajo el agua, lo que señala que el mínimo grado de afectación sobre cualquiera de estas especies es un desafío para la sostenibilidad marina.

Redes alimentarias

Las redes alimentarias marinas necesitan estar en un buen estado para asegurar la sostenibilidad de las especies y la provisión a largo plazo de los bienes y servicios que se derivan del mar, como las pesquerías, la gastronomía, el turismo, entre otros. Los daños a estas redes destruyen las conexiones en todo el ecosistema marino e impactan la salud de depredadores y presas.

Por ejemplo, los poliquetos que habitan en el fondo de los océanos son una fuente de alimento clave para otras especies. Asimismo, los peces y langostinos son fundamentales en la red alimentaria al transferir la energía del plancton a depredadores como pingüinos, focas, lobos marinos y ballenas. Otro caso es el de las nutrias, que al comer los erizos que viven debajo de los bosques de algas mantienen la población de estos en una cantidad precisa para que no afecten a las algas. Cabe señalar que los erizos pueden consumir algas a un ritmo de 9 metros al mes, dejando sin alimento ni refugio a varias especies marinas.

Roca con manos de muerto (Alcyonium digitatum) y poliquetos. Newcastle, cerca de las islas Farne, Reino Unido | Crédito: Juan Cuetos

Si bien se pueden mencionar algunos ejemplos que dan cuenta del equilibrio en el ecosistema de los océanos, el tema es mucho más complejo. No es que gracias a una especie siempre haya armonía debajo del agua, sino también depende de otros factores como el cambio climático, el avance de la industria pesquera, entre otros. En resumen, no se puede determinar la salud de los océanos únicamente por el comportamiento de las especies, pero sí es necesario garantizar su equilibrio.

Desequilibrio causado por depredadores

Las complejas interacciones marinas que aseguran la sobrevivencia de los océanos se enfrentan a un desbalance provocado por el mayor de los depredadores: el ser humano. La intensificación de la pesca, la contaminación al medio marino con metales pesados, los derrames de efluentes, la minería submarina, entre otras actividades, conducen a un agotamiento de las poblaciones de especies que causa un efecto en cascada sobre el ecosistema de los océanos.

Los animales marinos pueden absorber las distintas fuentes de contaminación, lo que pone en riesgo las redes alimentarias al servir de canales de transferencia. Uno de los elementos más perjudiciales es el plástico, cuyos desechos se fragmentan y se vuelven trampas mortales para varias especies de la cadena alimentaria. De hecho, se han encontrado restos de plástico en los intestinos de invertebrados, peces, tortugas y otros animales de mayor tamaño.

La expulsión de plástico de diversas especies se realiza a ritmos desiguales y algunas no lo excretan completamente. Como consecuencia, este material está disponible para los depredadores cuando consumen a sus presas. Con el aumento de los niveles de contaminación, todas las especies en sus distintos roles dentro de la red alimentaria podrían ser vulnerables a los impactos de los residuos plásticos.

Estrella roja (Echinaster sepositus) y trozo de envase de plástico | Crédito: Enrique Talledo

Los estudios han confirmado que la dieta de los mamíferos marinos puede ser un indicador de la transferencia de sustancias tóxicas en la cadena alimentaria. Por ejemplo, se han encontrado restos de plástico en las heces de focas, pero esto no sugiere que tales animales lo consuman directamente. Los peces comen trozos de plástico y luego las focas cazan el pescado contaminado. Asimismo, se han encontrado focas con concentraciones de policlorobifenilo en sus tejidos grasos, sustancia tóxica que se desprende del plástico.

La pesca de grandes depredadores marinos, como tiburones, atunes y focas, también desequilibra la vida en los océanos al alterar el control de la población de presas, mientras que la pesca de arrastre afecta directamente a corales, pastos marinos y animales que habitan en los fondos marinos. Ante las amenazas, es indispensable la conservación de los ecosistemas a través de áreas naturales protegidas, puesto que estos espacios sirven de resguardo para muchas especies marinas.

Para hacer frente al desequilibrio causado por las actividades humanas, es importante conocer el rol de los organismos en los medios marinos. Así, al proteger cualquier animal se protege a la vez la biodiversidad, puesto que está inmerso en una serie de interacciones con otras especies. La salud de los océanos está directamente vinculada con la salud humana por medio del consumo de productos marinos, cuya calidad dependerá de su correcto desarrollo en la cadena alimentaria.

Tortuga laud enmallada en una red de pesca | Crédito: Jesús Renedo