febrero 15, 2023
La Niña y su efecto en la pesca peruana
BY: Oceana
Cada cierto tiempo, los fenómenos climáticos dejan a la deriva a los pescadores peruanos. Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, profundiza en el caso de La Niña –que nos trajo uno de los inviernos más fríos de los últimos tiempos– y advierte un calentamiento intenso del mar frente a las costas del Perú.
Ernesto García tiene 56 años y es pescador de Zorritos. Desde que comenzó a hacerse a la mar hace ya casi 25 años, su padre –de quien heredó sabiduría, bote y oficio– le dio una lección que todavía lo inquieta y recuerda cada año: “Aquí en el mar, hijo, nuestro trabajo se lo debemos en gran parte a los humores del tiempo. Si el tiempo quiere, nosotros tendremos buena pesca. De nosotros no depende, eso tienes que aprender”. Ese día regresaron el bote vacío, con las justas pudieron salir a pescar. Era principios de 1998 y el Fenómeno de El Niño comenzaba a hacer sus pataletas en el mar. Ernesto no olvida ese año. “1998 fue una catástrofe”.
La versión femenina de El Niño es la Niña: un evento climático que ocurre en el Pacífico tropical, caracterizado por temperaturas más frías de lo normal en el mar. Este fenómeno tiene un impacto significativo en los patrones climáticos en todo el mundo y puede provocar sequías, inundaciones y otros desastres naturales.
Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, explica que si bien La Niña afecta a la pesca artesanal, de la que viven más de 200.000 personas en el país, no lo hace tanto como a la industrial. Durante este fenómeno, la captura de anchoveta, un recurso clave para la pesca industrial peruana, disminuye significativamente. “Al enfriarse el mar –explica el científico de Oceana Perú– ciertas especies de aguas frías que antes se concentraban en lugares predecibles, se dispersan y es necesario que las embarcaciones hagan viajes más largos para poder capturarlos”.
La Niña, la cual tiene un 75% de probabilidad de que persista hasta febrero de 2023 según los datos más recientes de la Organización Metereológica Mundial (OMM), nos deja el recuerdo de uno de los inviernos más fríos de los últimos 70 años en el Perú.
Juan Carlos Riveros menciona, sin embargo, que La Niña ha sido benigna con la pesca artesanal e industrial, ya que, al estar el agua más fría, la anchoveta no desaparece, pero sí se dispersa. Sin embargo, esta situación ha generado problemas con la discriminación entre peces adultos y juveniles, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de la pesca en el país. Además, Riveros subraya la falta de tecnología confiable en el país para afrontar este tipo de fenómenos que terminan, siempre, afectando la pesca.
Riveros explica que La Niña es consecuencia de ciclos en el balance de energía del planeta, y que tras el enfriamiento que ha significado uno de los inviernos más fríos en el Perú en los últimos 60 años, se espera un período de calentamiento intenso a partir de 2024. Este proceso tendrá consecuencias graves, especialmente en temas como deslizamientos e infraestructura, así como en la pesca, donde se espera la escasez de especies principales que sustentan la pesquería industrial y la desaparición de algunas especies.
“El Niño que se aproxima será como el de 1998, pero más fuerte todavía considerando que desde hace 25 años el planeta ha seguido calentándose más”. A esta advertencia, es importante sumarle el recordatorio de que, según información del Ministerio del Ambiente, “El Niño de 1997-1998 tuvo daños estimados en US$3.500 millones, y las pérdidas fueron equivalentes al 6,2% del PBI anual de 1998”.
Desde Oceana, creemos que es fundamental que las autoridades y la sociedad en su conjunto tomen medidas para enfrentar estos desafíos, incluyendo el apoyo a la investigación científica y el desarrollo de tecnología confiable para la identificación y seguimiento de estos fenómenos. La sostenibilidad de la pesca y la protección del medio ambiente son temas de importancia no solo para el Perú, sino para el mundo entero.
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