El Cinturón de Fuego del Pacífico
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agosto 27, 2025

El cinturón de fuego del Pacífico: la franja sísmica que nos mantiene alertas

Imagen referencial: Grieta en el fondo marino | Crédito: Shutterstock

El Cinturón de Fuego es una región de límites de placas tectónicas alrededor del océano Pacífico, donde ocurren la gran mayoría de terremotos del mundo. 

El Cinturón de Fuego del Pacífico, también conocido como Anillo de Fuego, es una extensa zona de aproximadamente 40.000 km de longitud con forma de “U” invertida. Se extiende desde Nueva Zelanda y atraviesa regiones como Papúa Nueva Guinea, Indonesia y Malasia; continúa por Filipinas, Japón y la península de Corea, bordeando la costa asiática del Pacífico hacia el norte hasta enlazar con la costa pacífica de Alaska. Desde allí desciende por toda la franja occidental del continente americano hasta alcanzar las costas de Perú y Chile. Recibe su nombre por concentrar cerca de las tres cuartas partes de los volcanes activos del planeta y por ser la zona responsable de la gran mayoría de los terremotos a nivel global. Estas proporciones son relativas y dependen de la escala espacial y temporal con que se evalúe la actividad sísmica y volcánica.

El cinturón de fuego del Pacífico
Fuente: W. Jacquelyne Kious y Robert I. Tilling, This Dynamic Earth: The Story of Plate Tectonics (Denver: United States Geological Survey, 2008)

El origen del Cinturón de Fuego se explica por el movimiento de las placas tectónicas: estas enormes estructuras sólidas, semejantes a grandes bloques que flotan sobre la superficie terrestre, se desplazan continuamente, rozando entre sí, chocando o hundiéndose unas debajo de otras. Aunque este fenómeno ocurre en todo el planeta, incluyendo regiones como el Atlántico o la Antártida, en el Pacífico se concentra una de las mayores zonas de interacción entre placas. La Placa del Pacífico, por su gran tamaño, mantiene contacto con numerosas placas de distinto tamaño que la rodean. El roce y la presión generados en estos encuentros liberan una enorme cantidad de energía, capaz de fundir las rocas del subsuelo y transformarlas en magma. Al ascender a la superficie, este magma emerge como lava, dando lugar a la formación de volcanes.

En el extremo occidental de Sudamérica, el Cinturón de Fuego se manifiesta a través de la cordillera de los Andes, la cadena montañosa continental más extensa del planeta con casi 8.900 km de longitud. Allí se encuentra el Cinturón Volcánico de los Andes, dividido en cuatro zonas que concentran volcanes de gran actividad y relevancia. Entre ellos destacan el Cotopaxi, situado en Ecuador cerca de Quito; el Cerro Azul, en el archipiélago de Galápagos; y el Ojos del Salado, en la frontera entre Chile y Argentina, considerado el volcán activo más alto del mundo.

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¿Qué relación tiene con la placa de Nazca y la generación de terremotos?

La relación entre la Placa de Nazca y la generación de terremotos en el Perú es directa. El país se encuentra en una de las zonas sísmicas más activas del planeta debido al proceso de subducción: la Placa de Nazca se introduce por debajo de la Placa Sudamericana a lo largo de la fosa Perú–Chile. Esta interacción acumula grandes cantidades de energía que se liberan en forma de terremotos, muchos de ellos superficiales, con focos entre 0 y 50 km de profundidad, lo que aumenta su potencial destructivo. La evidencia histórica muestra que la región sur, entre Lima y Tacna, concentra la mayor cantidad de sismos de magnitud superior a 5 registrados por el USGS entre 1973 y 2010, mientras que la zona norte presenta una actividad relativamente menor.

Sin embargo, todo el borde occidental sudamericano forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que confirma la alta vulnerabilidad sísmica del país. De especial preocupación es la situación frente a Lima y Callao, donde se registra un “silencio sísmico”: la ausencia prolongada de terremotos de gran magnitud en una zona reconocida por su alta actividad. Este fenómeno indica que la energía acumulada no se ha liberado en décadas, lo que eleva considerablemente la probabilidad de un sismo mayor en el futuro. El último gran terremoto que afectó directamente la zona de Lima y Callao ocurrió en 1974.

Desde entonces no se ha registrado en esta área un evento de magnitud similar, lo que sugiere un alto riesgo de que, en el futuro, se produzca un sismo capaz de afectar gravemente a la capital y a su principal puerto. En suma, la interacción de la Placa de Nazca con la Sudamericana es la causa principal de la sismicidad peruana y constituye el origen del riesgo de un futuro terremoto de gran magnitud.

Mapa sísmico del Perú
Mapa sísmico del Perú entre 1960 y 2004. Las esferas representan los epicentros de los sismos clasificados según su profundidad: en rojo los eventos superficiales (hasta 60 km), en verde los de profundidad intermedia (61–300 km) y en azul los profundos (más de 301 km). El tamaño de cada circunferencia está en función de la magnitud de momento sísmico (Mw) del evento registrado. Fuente: Instituto Geofísico del Perú (IGP), “Mapas Sísmicos,” Último Sismo – IGP

 ¿Qué relación tiene con el mar?

La relación entre los sismos y el mar es directa y fundamental. La mayoría de los grandes terremotos ocurren en zonas de subducción, donde una placa oceánica se introduce bajo otra, acumulando enormes tensiones que al liberarse generan movimientos sísmicos y, en muchos casos, tsunamis. Avances recientes en la instrumentación submarina, como los medidores absolutos de presión en el fondo marino (APG), han permitido observar con gran detalle cómo los movimientos sísmicos deforman el lecho oceánico y desplazan grandes volúmenes de agua.

Por ejemplo, en 2015 un sismo de magnitud moderada registrado en la caldera submarina Sumisu, en el arco Izu-Bonin, generó un tsunami más notable de lo habitual, a pesar de no ser un terremoto de gran magnitud. Esta anomalía se debe a un mecanismo volcánico específico (“trapdoor faulting”) que provocó un levantamiento vertical del lecho marino, demostrando que no solo los grandes sismos pueden originar tsunamis significativos en entornos submarinos.

En el caso del Perú, esta relación es especialmente importante. La interacción entre la Placa de Nazca y la Placa Sudamericana convierte a la costa peruana en una de las más sísmicas del mundo. Los movimientos de subducción no solo generan terremotos superficiales de gran magnitud, sino que también tienen la capacidad de levantar o hundir el fondo oceánico, provocando tsunamis. Por ello, comprender cómo los sismos afectan al mar es clave para evaluar los riesgos que enfrentan las regiones costeras del Perú.

¿El país está preparado para asumir un terremoto de gran magnitud? 

El Perú enfrenta un alto riesgo ante la ocurrencia de un terremoto de gran magnitud, particularmente en la costa central. Los estudios de vulnerabilidad muestran que Lima y el Callao concentran áreas con niveles de riesgo muy altos, en especial distritos periféricos como San Juan de Lurigancho, Comas, Carabayllo, Villa María del Triunfo, San Juan de Miraflores y sectores del Callao. Estas zonas combinan factores de vulnerabilidad física —como suelos inestables y edificaciones precarias— con una fuerte vulnerabilidad social y económica, lo que amplifica los posibles daños. Distritos más consolidados, como Miraflores, San Isidro o San Borja, presentan vulnerabilidad media, pero aun así no están exentos de riesgo.

Asimismo, un eventual tsunami en la costa central del Perú tendría consecuencias significativas para la ciudad de Lima y, especialmente, para el Callao. Un estudio de microzonificación sísmica y amenaza por tsunami ha permitido estimar el grado de afectación en los distritos costeros, considerando un escenario de terremoto de magnitud Mw 8.7. Los resultados muestran que el Callao sería la zona más impactada, con aproximadamente 881 manzanas inundadas, lo que representa el 44% del total de áreas afectadas. Le siguen Chorrillos, con 409 manzanas (20%), y Lurín, con 233 manzanas (12%).

Aunque distritos como San Miguel, Magdalena, San Isidro y Miraflores también cuentan con zonas pobladas cercanas al mar, en este análisis no aparecen registradas, en parte por las limitaciones de la base de datos cartográfica utilizada y, posiblemente, porque los acantilados de su litoral reducen la exposición directa al impacto de un tsunami. Estos datos evidencian la alta vulnerabilidad del área metropolitana de Lima y Callao frente a un tsunami, lo que refuerza la necesidad de planes efectivos de prevención y respuesta.

Si bien el país cuenta con avances en investigación sísmica, normativa de construcción y planes de contingencia, todavía persisten brechas críticas. Falta reforzar la infraestructura pública y privada, actualizar la base de datos cartográfica para una mejor planificación y, sobre todo, fortalecer la cultura de prevención en la población. Sin una estrategia integral que articule a los tres niveles de gobierno, comunidades locales y organismos técnicos, el Perú no está plenamente preparado para enfrentar un sismo de gran magnitud y sus consecuencias asociadas, como tsunamis en la costa central.

Mapa de riesgo de Lima
Mapa de riesgo sísmico de Lima. La distribución del riesgo se representa mediante una escala de colores: verde oscuro = muy bajo, verde claro = bajo, amarillo = medio, naranja = alto y rojo = muy alto. Las áreas señaladas con estrellas rojas corresponden a zonas críticas de especial vulnerabilidad. Se han identificado 69 zonas de peligro frente a sismos en Lima y el Callao. Fuente: Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (INGEMMET)

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