enero 21, 2016
Cómo salvar los océanos mientras comes un ceviche
BY: Sandra Otoya
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El mar peruano es el más productivo del mundo y es el origen de deliciosos potajes tradicionales de nuestra famosa gastronomia, pero ¿Qué tanto sabemos sobre su origen o lo que implica para nuestro mar el comer un buen sudado de pescado?
Ese cebiche o tiradito que disfrutas tanto este verano tal vez no siempre esté en tu mesa. Casi el 50% de la vida marina se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años y si seguimos a este ritmo especies de peces como el tiburón, atunes, meros y peces espada, entre otros, podrían desaparecer. Está claro que nuestra demanda acelera la carrera por pescar, tanto cocineros como comensales afilamos cuchillos y sacamos cubiertos sin preguntarnos si nuestros hábitos de consumo son los que están, en parte, llevando a las pesquerías a un punto sin retorno.
¿Podemos hacer algo significativo para salvar los océanos? Aunque en la compra individual no lo parezca, si cada uno cambia de hábitos y es más exigente, habrá mayor presión para lograr cambios que aseguren no solo saciar nuestro apetito sino también para mejorar los ingresos de todos aquellos que dependen del mar para su sustento diario. Podemos empezar por cambiar ciertas creencias al comer pescado.
1. No solo lenguado o corvina: más que una creencia, se ha impuesto como una ley al comer ceviche, creemos que nuestro plato bandera es mejor si es de lenguado o corvina, especies con gran presión de pesca en el mar, cuando tenemos un sinnúmero de sabrosas alternativas. Un consumo variado reducirá la demanda por ciertas especies específicas que impulsa a los restaurantes y pescadores a buscar siempre los mismos pescados.
2. No hay porque limitarnos: el cebiche es un plato que, afirman los expertos, debe ser elaborado con pescado fresco y al instante, así por qué no aventurarnos a probar la multitud de opciones que nos ofrece el mar y pedir la pesca del día: solo consumimos 150 de las más de 1000 especies de peces del mar peruano. Al ir a comprar o en un restaurante, vayamos con más de un tipo de pescado en mente y no siempre llevemos a los clásicos de siempre.
3. También las carnes oscuras: la cojinova y otros pescados de carne oscura son excelentes aliados para nuestra salud, pues tienen mayor concentración de hierro y Omega 3, un ácido graso saludable que favorece el desarrollo cerebral y la prevención de problemas cardiovasculares.
4. Pequeños, pero poderosos: la anchoveta, el pequeño pez que sostuvo a la primera gran civilización peruana, la de Caral, hoy en día se transforma en harina para alimentar a pollos, cerdos y peces de granja. Peces pequeños, con gran cantidad de Omega 3 y proteínas de alta calidad, son ignorados de los menús. ¿Dónde se compra y cómo prepararla? Entérate aquí
5. No todo es lo que parece: la preferencia por ciertas especies muchas veces impulsa que se oculte la verdadera identidad del pez que nos sirven o compramos. Por ejemplo, el tollo de leche es muy popular por su carne blanca, pero su alta demanda ha fomentado la sobrepesca del tiburón azul para ser vendido como si fuera tollo de leche. Por eso, pedir siempre lo mismo impulsará a que nos den “gato por liebre”.
6. El mar no es inagotable: los peces, como cualquier ser vivo, tienen un periodo de crecimiento y reproducción que permite que la especie siga existiendo en el tiempo, pero si los comemos antes de que hayan alcanzado la adultez (los llamados juveniles) o aquellos que están en plena etapa de reproducción, impedimos la renovación de la población. Por eso, es fundamental informarte sobre las tallas mínimas que debe tener un pescado y más aún estar al tanto de las vedas, es decir, cuando la pesca de una especie queda prohibida durante un lapso de tiempo.
Tenemos la fortuna de estar ubicados frente a uno de los mares más productivos del mundo, ahora que sabes cómo podemos ayudar a cuidarlo cada día, promueve estas prácticas en tu familia, grupo de amigos, mercados y restaurantes.