abril 28, 2025
El incomparable piquero de patas azules
BY: Oceana
Una de las aves marinas más llamativas del litoral peruano es el piquero de patas azules (Sula nebouxii), que tiene una serie de características que lo hacen altamente distinguible de las demás especies del ecosistema marino costero del Pacífico Oriental.
Dominadores y subordinados
En las nidadas, los piqueros de patas azules compiten por el estatus y la comida que les brindan los padres. El rol de subordinación lo suele adoptar el piquero más joven, que sale del huevo después, motivo por el cual el mayor ya tiene una ventaja de tamaño y desarrollo. El menor responde a la agresión habitual de su compañero de nidada con una postura sumisa con el pico hacia abajo y la cara alejada. Este papel se adquiere durante las primeras semanas de vida. Por el contrario, la imposición del piquero mayor frente al más pequeño le otorga un rol dominante.
Esta especie mantiene los roles señalados durante los tres meses que toma la crianza de los pichones en el nido. Cabe indicar que este periodo puede variar dependiendo de la experiencia de los padres, la disponibilidad de alimento, entre otros factores. Durante tal rango temporal, los piqueros dominantes se alimentan con mayor frecuencia y crecen con más rapidez que los subordinados. Cuando el dominio se ha establecido, la agresividad entre compañeros de nido se reduce. Sin embargo, si a cualquier edad los padres dan un suministro de comida insuficiente para que el piquero mayor mantenga su crecimiento, intensifica sus ataques al ejemplar subordinado, lo cual puede causar su muerte por inanición o la expulsión del nido. Esta conducta es una adaptación para sobrellevar periodos de escasez de alimento. Los padres apuestan por maximizar la puesta de dos huevos, pero, si las condiciones no son buenas para alimentar a los dos pichones, se elimina al más débil, que tiene menores posibilidades de supervivencia.
Patas seductoras
Los piqueros exhiben sus patas azules durante el cortejo y el color influye en la frecuencia de las cópulas en pareja. Si bien existe rechazo a las parejas con patas más opacas, no es que se rompa la relación, pues se mantiene el compromiso con la nidada por un tema de evolución. Así, la pareja puede continuar junta, aunque puedan ocurrir cópulas extramaritales. En el caso de las hembras emparejadas, no necesitan “más fertilidad”, pues están abocadas a la crianza de huevos o pichones. Las cópulas “extramaritales” constituyen un ejercicio social de relacionamiento con otros individuos y eventualmente de obtención de otras experiencias para una próxima temporada reproductiva. Es básicamente sexo “recreativo”, pues la tasa de pichones que no pertenecen al padre es baja en esta especie.
Por su parte, los machos pueden asegurar su paternidad mediante la protección de la pareja, que significa no dejarla sola particularmente durante el periodo fértil, lo cual incluye alejar a otros machos interesados en la hembra. Al momento de la formación de pareja, los piqueros de patas azules realizan movimientos como señalamientos al cielo, los cuales son frecuentes y pueden atraer a ejemplares del sexo opuesto, aumentar la coordinación a corto plazo para la actividad sexual o atraer a la pareja a un lugar concreto del territorio.
Distribución discontinua
El piquero de patas azules tiene una distribución discontinua. Frecuenta hábitats costeros, principalmente ubicados a lo largo del océano Pacífico Oriental. En el hemisferio norte, se reproduce en México en varias islas del golfo de California. También se han observado ejemplares en el sur de California y Arizona, y en el norte de la isla de Vancouver, en Canadá. Su presencia en este último lugar se debe a que son ejemplares perdidos o arrastrados por el viento o las tormentas. Por lo tanto, el registro es de piqueros de patas azules errantes.
En el hemisferio sur, esta especie es predominante en Ecuador, concretamente en las islas Galápagos, islas del golfo de Guayaquil y la isla de la Plata. Es importante recalcar que en esta isla solo se asientan, pero no se han reportado colonias reproductivas. En Perú, habita en las islas Lobos de Afuera, Guañape y Chincha, mientras que se han reportado pequeñas cantidades en Mollendo y Tacna. En Chile, el piquero de patas azules se registró por primera vez en 1983 en la zona de Arica y se han hecho observaciones en la isla San Félix y el islote González, que forman parte de las islas Desventuradas. Tales hallazgos corresponden al intenso fenómeno El Niño de 1982-1983 y serían ejemplares errantes.
Rotación y protección de huevos
Durante la incubación, el piquero de patas azules rota periódicamente sus huevos como un mecanismo para mejorar la termorregulación y desarrollar adecuadamente el embrión. El cascarón de los huevos, compuesto por una cutícula orgánica delgada pero resistente, funciona para proteger al embrión y conservar el agua. Debajo de esta se halla una gruesa capa microgobular de carbonato de calcio que le da un aspecto de tiza al huevo y es muy absorbente. Tal tejido, originalmente azul claro, al poco tiempo de ser puesto el huevo se raspa con el suelo y se pega al material del sustrato hasta parecerse al color de este.
De acuerdo con algunas hipótesis, la rotación de huevos ayudaría al piquero de patas azules a disminuir su depredación, ya que la adherencia a la superficie de la tierra reduce su visibilidad. Sin embargo, estas conjeturas no han sido plenamente comprobadas. Lo que sí parece válido es que el comportamiento de rotación sirve para mejorar la distribución de calor.
Pesca en picada
La alimentación del piquero de patas azules se lleva a cabo cerca a las costas y también se han documentado áreas de forrajeo de 80 a 100 kilómetros de las colonias. Además, prefiere zonas de aguas poco profundas para alimentarse. Como parte de su dieta, se pueden mencionar peces como sardinas (Sardinops sagax) o anchovetas (Engraulis ringens). La técnica de pesca de esta ave consiste en zambullirse en picada desde alturas de hasta aproximadamente 30 metros, con un ángulo de 45 e incluso de 90 grados, es decir, de manera vertical. Esta última posición respecto a las presas le permite una mejor identificación y menor refracción.
El impacto veloz contra el agua produce el sonido de un golpe seco. Luego, reaparece a unos 3 metros del lugar de sumersión, después de haber tragado a su presa. La precisión del piquero de patas azules para medir las distancias de pesca se debe a su visión binocular. Con el fin de atrapar a sus presas, puede llegar a sumergirse hasta 25 metros.