enero 15, 2016
La pesca en los tiempos de El Niño: ¿Qué pasó con la anchoveta en la segunda temporada?
BY: Oceana
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La segunda temporada de pesca de anchoveta no ha sido el ‘faenón’ esperado. Pese a su anunciado éxito, el vulnerable estado del stock de anchoveta quedó evidenciado en los reportes de peces juveniles y en estado de reproducción así como en modestos desembarcos.
Escribe Juan Carlos Riveros, Director Científico de Oceana en Perú
Lo que se anunció como una exitosa temporada con bombos y platillos desde el último trimestre del año pasado no ha cumplido las expectativas originales. A pesar de ello, algunos de sus actores principales insisten hasta ahora en calificarla como muy provechosa.
A pesar de que la ciencia y los pescadores recomendaban no abrir la pesca de anchoveta, debido a las condiciones anómalas generadas por el actual El Niño, en octubre del 2015, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) anunció que la segunda temporada aportaría 1% al Producto Bruto Interno (PBI) (El Comercio, Octubre 7) y al mismo tiempo insistió para que el Ministerio de la Producción (PRODUCE) y el Instituto del Mar del Perú (IMARPE) actuarán con celeridad para justificar la apertura de la pesca contra viento y marea. Incluso los propios especialistas de IMARPE señalaron entrelíneas los riesgos de semejante despropósito.
Apenas iniciaron las faenas de pesca, se notó que algo andaba mal. Por un lado, una proporción desmesurada de jóvenes anchovetas amalladas en las redes comenzaron a preocupar a los propios pescadores y sus gremios, y por otro, la captura de ejemplares con hueveras apuntaba a que se estaban pescando individuos en plena reproducción. Mientras los pescadores seguían reportando el crimen ambiental de pescar hembras preñadas, IMARPE hizo mutis sin emitir opinión oficial al respecto.
Llama poderosamente la atención que hasta un par de semanas antes del inicio de la temporada se emitían reportes cada semana mientras que durante los dos meses que lleva la segunda temporada solo se han emitido cinco Reportes “Semanales” (sic) de Indicadores Reproductivos de Anchoveta. En términos generales, durante el año 2014, en el cual no hubo segunda temporada, se emitieron 40 boletines puntualmente, mientras que el 2015 solo se publicaron 22. Es de suponer que si otro sector hubiera pedido información sobre este tema la respuesta hubiera sido más expeditiva.
Sin embargo, y a pesar de los signos exteriores de normalidad, la industria cayó en cuenta que no iba a ser una temporada fácil. El 15 de noviembre, redujeron su proyección al 0.5% del PBI y más tarde se vieron obligados a imponerse auto-vedas para “proteger el stock”. Cómo funcionaron estas y si efectivamente se implementaron aún está por verse, ya que la información no es pública, pero¡es una forma poco sutil de reconocer que las restricciones designadas por el Estado no fueron suficientes.
En este contexto, PRODUCE ha difundido cuatro reportes con las estadísticas de desembarco, lo cual es muy meritorio, pero aún falta publicar la información base sobre la cual se elaboran. ¿Porqué esta información no está sistematizada o es publicada como ya lo hace IMARPE? ¿Porqué tanto celo con información que debería ser de dominio público?
A la fecha se ha capturado el 90% de la cuota asignada a esta temporada, mientras que el impacto sobre la población de anchovetas juveniles tiene sin cuidado a quienes ya piensan en la primera temporada del 2016. En este contexto la empresa que maneja el 17% de la cuota de pesca está en venta para paliar las deudas de su propietaria y las calificaciones de riesgo financiero de otras pesqueras empiezan a decaer. El negocio de la pesca de anchoveta ha demostrado una vez más que en años de El Niño los impactos biológicos se reflejan en los rendimientos económicos. Ya está demás decirlo, pero se los advertimos.