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enero 25, 2019

Las primeras cinco millas del mar peruano merecen más cuidado y mejores investigaciones

BY: Oceana

Por Juan Carlos Sueiro, director de pesquerías de Oceana Perú, publicado en RPP

Tras 26 años de promulgarse el Decreto Supremo 017-92-PE que declaró la zona como un espacio de protección de la flora y fauna, las 5 millas marinas presentan nuevos retos y problemas, obligando a las autoridades a reforzar su propósito con información actualizada.

En el mundo, es largamente conocido tanto por biólogos como por pescadores que los bordes costeros de los océanos son los lugares con mayores capturas, así como un espacio en donde un número importante de especies desova y crece. Por tanto, proteger dichas franjas marinas de las embarcaciones pesqueras poco selectivas y de abundantes capturas significa no solo mantener el volumen de extracción pesquera sino también garantizar la alimentación de millones de seres humanos.

Nuestro país no es ajeno a este tema: por el contrario, en el Perú este rol de preservación cobra mayor relevancia debido a que la pesquería peruana es significativa a nivel mundial. Sin duda, el Perú es reconocido como uno de los países con importantes capturas de anchoveta, pota, bonito, perico, entre otros pescados y mariscos. Asimismo, ocurre el afloramiento, es decir, el agua fría sube a la superficie y posibilita esta gran abundancia pesquera. Puede decirse entonces que el Decreto Supremo 017 –promulgado en el año 1992– fue resultado de la necesidad de cuidar el entorno y a las especies que habitan las 5 millas marinas en todo el Perú.

La protección de las primeras millas costeras permite mantener el volumen de extracción pesquera y garantizar la alimentación de millones de seres humanos. Créditos: Oceana | Andre Baertschi

Ahora bien, 26 años después de su publicación, es sabido que nuevos actores del sector pesquero quieren reducir esta franja de protección costera en ciertas regiones del sur, de modo que las naves pesqueras industriales puedan acercarse a la costa y extraer peces hasta las 2 millas marinas. Esto no solo debe impedirse –de hecho, un grupo de pescadores artesanales anunció un paro en protesta por las declaraciones del Ministro de la Producción– sino que resulta prioritario analizar la magnitud de las nuevas modalidades de pesquería artesanal.

Por ejemplo, en el norte, ha surgido un preocupante fenómeno y es la venta de ceviche de ‘filete’, del que nadie sabe ni da razón de qué pescado es. Este ‘filete’ suele obtenerse de especímenes de pequeño tamaño, capturados por embarcaciones artesanales de cerco a lo largo del litoral, y también naves de arrastre (en el extremo norte del país). Es frecuente ver en los mercados de abastos pescados en venta con tallas menores a las permitidas para su especie

Tal vez en 1992 estas embarcaciones artesanales eran pocas e inofensivas. Hoy, su tamaño es significativo, lo que obliga al IMARPE a hacer estudios sobre las condiciones de los principales recursos pesqueros y la intensidad de la pesca en las 5 millas

Además, durante estos 26 años, ha crecido el número de pescadores artesanales y, en la última década, se desarrolla un boom gastronómico que tiene a los alimentos marinos como uno de sus soportes.

Estas particularidades revelan que las 5 millas marinas no deben recortarse. En vez de ello, deben actualizarse las medidas de protección que sean necesarias, al término de la segunda decada del siglo XXI.

Un sector pesquero cambiante y adaptativo

En los proximos años, uno de los cambios más importantes que ocurrirá en la gestión pesquera de la pesca artesanal y de menor escala, será la geolocalización en el mar. Aunque tendrá diversos propósitos, uno de ellos será monitorear a los varios centenares de embarcaciones de cerco artesanal y de menor escala. En especial, allí pescan en el caso de anchoveta– desde la milla 3 y, para otras especies, sin ninguna restricción de distancia respecto a la costa.

Este escenario es fundamental para las pesquerías, ya que permitirá no solo conservar mejor las zonas críticas para la reproducción y la crianza de las especies marinas sino también reforzar la competitividad de las pesquerías peruanas en los mercados internacionales, a través de la trazabilidad de las capturas que se obtiene con ello.

En esa perspectiva, PRODUCE debe adaptar sus procedimientos y estándares relacionados a la geo localización, que permita contar con sistemas confiables y convenientes a la pesca artesanal, mediante una mayor cobertura. Hay que insistir que las condiciones de los recursos y la intensidad de la pesca fue diferente en 1992 comparada con la de hoy.

Mal haríamos entonces en permitir que la flota industrial pueda pescar dentro de las 5 millas marinas, ya que se perdería toda legitimidad y coherencia en las políticas públicas vinculadas a la pesca sostenible de largo plazo. Revisar y actualizar la norma, sí. Pero no para reducir la franja de protección sino para modificar sus supuestos, atendiendo a los cambios de consumo, la intensidad de la pesca y la calidad ambiental.