Claves para entender el manejo de la pesquería de anchoveta - Oceana Peru
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agosto 17, 2016

Claves para entender el manejo de la pesquería de anchoveta

Pesca artesanal de cerco en El Ñuro
Oceana

¿Qué es el manejo pesquero? Te explicamos las bases del actual sistema que rige en nuestra mayor pesquería, la anchoveta.

La anchoveta brinda muchos beneficios al país, desde ser el alimento principal para muchas especies marinas, sustento de la pesca artesanal, lo que implica un gran aporte para la seguridad alimentaria, hasta ser fuente de ingresos y trabajo, uno de los principales sectores económicos del país.

Sin embargo, se trata de una especie vulnerable a los cambios ambientales y la presión de la pesca. Su valor ecológico y económico explica por qué se han realizado más esfuerzos para regular su explotación en comparación a otras especies. Este artículo repasa los conceptos básicos, su historia hasta el manejo pesquero actual*

Primeras décadas. La pesquería industrial de anchoveta empezó a mediados de la decada de los 50 para producir harina y aceite de pescado. El supuesto de que era un recurso renovable, y por lo tanto ilimitado, incentivó la sobreexplotación para pescar la mayor cantidad posible en el menor tiempo, lo que llevó al incremento de embarcaciones, su capacidad de bodega y el esfuerzo pesquero, así como un incremento de plantas de procesamiento. Esto, unido a condiciones ambientales anómalas durante eventos de El Niño, condujo a esta pesquería al borde del colapso en dos ocasiones: a principios de la década de 1970 y a finales de los 90.

 

Una cuota global. Solo fue hasta 1992 que se instauró un sistema de regulación a través de la actual Ley General de Pesca, la que estableció una cuota global de captura (TAC por su siglas en inglés) que buscaba impedir la sobreexplotación de la anchoveta.

A partir de entonces, se debía determinar cuánto se puede pescar cada temporada. Sin embargo, esto dio origen a un nuevo problema en el sector: la carrera por el recurso. Cada empresa buscaba pescar lo máximo posible de la cuota, lo que multiplicó la flota y las plantas de procesamiento, generó desorden, incrementó accidentes durante las faenas de pesca y por ende, causó pérdidas económicas, ya que se debían invertir mayores sumas para el mantenimiento de embaraciones paralizadas en épocas de veda.

Además, el reglamento de dicha ley estableció una clasificación de las pesquerías como  inexplotadas, subexplotadas, plenamente explotadas y sobreexplotadas.

La anchoveta fue clasificada como plenamente explotada, por lo que, tras realizar un censo de embarcaciones en 1996; se definió el listado de embarcaciones autorizadas a pescar este recurso. En principio, esta era una lista cerrada, nadie más obtendría permisos salvo por sustitución de una embarcación. Pero este dispositivo fue modificado en diversas oportunidades, por lo que fue necesario aprobar un nuevo reglamento en el 2001, el cual eliminó la categoría de sobreexplotado e incluyó medidas para la reducción progresiva del esfuerzo pesquero y la restricción del acceso a nuevas embarcaciones a la pesquería de recursos plenamente explotados.

Cuotas individuales de pesca. Empero, la cantidad de embarcaciones y capacidad de bodega continuó en aumento mediante normas que vulneraban el reglamento de la Ley de Pesca. Por ejemplo, se permitió la formalización de cerca de 600 naves de la flota de madera que operaban de manera ilegal.

Por ello, en el 2008 se se estableció el nuevo sistema de Límites Máximos de Captura por Embarcación (LMCE), un régimen de cuotas individuales de captura para la extracción de anchoveta con fines de consumo humano indirecto, es decir, para la producción de harina y aceite de pescado.

Las cuotas individuales de captura asignan un derecho de propiedad para mayor eficiencia. A diferencia del libre acceso, este régimen permite que se maximice la renta del recurso, ya que se asigna un porcentaje de la cuota global para cada embarcación.

Clasificación. La principal herramienta de manejo pesquero en el Perú son los Reglamentos de Ordenamiento Pesquero (ROP). En el caso de la anchoveta existen diferentes regímenes legales según el tamaño de las embarcaciones y el destino de la pesca (consumo humano directo o indirecto), a pesar de que ambas actividades se enfocan hacia la misma población de anchoveta.

La flota de mayor escala dedicada a la pesca para consumo humano indirecto, se rige tanto por una cuota global como individuales. Mientras que la flota dedicada a la extracción para consumo humano directo tiene una cuota, otorgoda por primera vez en el 2017, como parte del Nuevo Reglamento de Ordenamiento Pesquero para este destino. Esta regulación ha marcado un hito en el manejo del recurso, ya que antes la flota artesanal y de menor escala pescaba a lo largo del año sin límites. Esta situación afectaba el manejo del recurso, ya que si bien existía una cuota de extracción para la flota de mayor escala (que destina su pesca a la elaboración de harina y aceite de pescado), no se sabía cuánta anchoveta iba a extraerse en total en el año. Como veremos más adelante, esta cuota debe estimarse de forma integrada con la cuota para la flota industrial.   

El nuevo ROP para el Consumo Humano Directo también implica una nueva forma de clasificar la flota artesanal y de menor escala, ya no por el tamaño de bodega, sino por el uso o carencia de medios mecanizados. Así también, restringe la pesca de anchoveta con embarcaciones de cerco a partir de las 3 millas. 

 

Temporadas y zonas de pesca

La anchoveta peruana está diferenciada en dos stocks o poblaciones de peces, por lo que se manejan dos zonas de pesca. El norte-centro va desde la frontera norte hasta el paralelo 16°S, donde inicia el stock sur hasta la frontera con Chile.

Asimismo, existen temporadas de pesca y vedas para la explotación industrial con el objetivo de proteger la reproducción y a los peces que aún no han alcanzado la talla mínima de captura (de 12 cm), es decir, aún no han crecido lo suficiente para reproducirse. Esto incluye a los peces desovantes, que están en plena etapa de reproducción.

Para cada zona, se dan dos temporadas de pesca, el inicio de cada una por lo general coincide con las estaciones de otoño y primavera y su duración se extiende hasta finalizar la cuota otorgada o al inicio de proceso de reproducción de la especie, para asegurar su renovación.

Cómo se deciden las temporadas de pesca

El Ministerio de la Producción (PRODUCE), a través del Viceministerio de Pesquería, gestiona el sector y emite las normas para el uso sostenible de los recursos marinos.

El Instituto del Mar del Perú (IMARPE), es el ente científico encargado de estudiar el medioambiente y la población de la anchoveta, en base a lo cual brinda un estimado del stock y recomenda sí se podría pescar y la cantidad recomendable para mantener la sostenibilidad del recurso. IMARPE recomienda una cuota global de captura, siempre y cuando se cumpla el punto de referencia biológico: se debe garantizar que al inicio de la siguiente temporada existan por lo menos 5 millones de TM de anchoveta en estado desovante. Finalmente, PRODUCE es el encargado de la decisión final, tomando en cuenta criterios sociales y económicos.

De otro lado, IMARPE y PRODUCE monitorean el desempeño de la temporada. Si la presencia de juveniles excede el 10% de los desembarques diarios en un determinado puerto, se suspenderán las actividades pesqueras en dicho lugar por un periodo mínimo de tres días. Al respecto, Oceana recomienda se establezca una cantidad límite de captura de juveniles en cada temporada y estimar el monto de los juveniles “enmallados”, es decir, los que quedan sujetos en las redes de pesca.

La necesidad de un enfoque integral

El esquema de manejo actual aún no es integral, puesto que las cuotas para las flotas de consumo humano directo y consumo humano indirecto se designan de forma independiente, sin considerar que ambas pescarán de los mismos stocks. Se requiere calcular primero una cuota global de captura (TAC por sus siglas en inglés), la máxima captura global que puede ser extraída del stock, por cualquier flota, sin importar el destino que se le dé, sin afectar su sostenibilidad.  Luego de esto, se puede otorgar las cuotas para ambos tipos de pesquerías. Asimismo, en aras de la transparencia, es conveniente que se publique el protocolo utilizado por la autoridad pesquera para su cálculo. En ese sentido, urge contar con un plan de manejo pesquero (PMP) integral y eficiente para manejar las poblaciones de anchoveta en base en la mejor información científica disponible; y para garantizar un proceso transparente para el desarrollo e implementación de las políticas de manejo.

* Nota del editor: Este artículo fue publicado por primera vez en agosto del 2016 y ha sido actualizado en agosto del 2017 para incorporar las nuevas regulaciones. Si deseas brindar aportes, bríndanos un comentario o contáctanos a peru@oceana.org